Las imágenes que vemos del volcán de La Palma en las Islas Canarias son hermosas, de una belleza destructiva e impactante. Muchas de las personas que han vivido estas catástrofes naturales quedan marcadas con una gran huella. Sobre todo las personas que han sufrido pérdidas o situaciones emocionalmente intensas. Han generado un Trastorno de Estrés Postraumático sin saberlo.
En España el desgraciado suceso por el que comenzaron las primeras intervenciones psicológicas en catástrofes y emergencias fue la riada que el 7 de Agosto de 1996. Tuvo lugar en el camping de Biescas. Esta riada arraso con el Camping de “Las Nieves”. Perdieron la vida 87 personas y 187 personas resultaron heridas.
Lo que contaban los campistas fue espeluznante. Varias personas perdieron a más de un familiar en ese tremendo episodio.
A día de hoy son muchos los afectados que llevan años de visitas al psiquiatra, terapia psicológica y psicofármacos, para solucionar el llamado Trastorno de Estrés Postraumático.
Pero… ¿qué es exactamente el Trastorno de Estrés Postraumático?:
Este trastorno comenzó a estudiarse a partir de que los excombatientes que regresaban de la guerra de Vietnam. Tras años de vivir experiencias muy duras, no conseguían adaptarse a la vida rutinaria y civilizada de la sociedad en paz. Muchas películas tratan este tema: El Cazador, Taxi Driver, nacido el 4 de Julio.
Pero este no es el único caso que puede desencadenar problemas psicológicos. Son muchas las experiencias que pueden acabar en un trauma. Para quien las vive, desde accidentes de tráfico, pérdidas de seres queridos, violaciones, atentados, catástrofes naturales o agresiones. Es muy recordado el caso de la joven tenista estadounidense Mónica Seles. Que disfrutando de su prometedora carrera deportiva y en plena pugna por ser la mejor tenista de todos los tiempos. Fue víctima de una agresión por parte de un aficionado en el descanso de un partido. El agresor emergió de entre las tribunas y con un pequeño cuchillo la apuñaló en la espalda. A la tenista le costó mucho recuperar su nivel deportivo, debido a las consecuencias psicológicas y emocionales de lo sucedido, más que por las consecuencias físicas.
Vivir una situación así sobrepasa las habilidades de la persona para manejar y afrontar la situación. Esto daña visiblemente nuestra estabilidad psicológica.
Nuestro cuerpo, responde a esta bomba emocional de varias maneras:
- Reviviendo esa experiencia y repitiéndola de forma muy real, son los denominados Consecuencia de no haber integrado aún en tu psique la situación vivida.
- Es habitual tener problemas para dormir y concentrarse en las tareas.
- Nuestro organismo reacciona ante tal intensidad emocional, creando lagunas de memoria, por lo que es frecuente no recordar la situación crítica, recordarla sólo parcialmente o de manera desordenada.
- Todos estos síntomas son vividos sobre un fondo de ansiedad, nervios, inquietud y estado de alarma, que, como es normal, deteriora mucho la vida de la persona y dificulta su quehacer diario.
Para que os hagáis una idea, es como si una persona no acostumbrada a ingerir grandes cantidades de comida engulle de una “sentada” un chuletón de un kilo. Lo más probable es que le haga daño al aparato digestivo, le repita, y le cueste un tiempo hasta que su organismo lo termine de asimilar. Proseguir con su actividad normal requerirá de un esfuerzo importante por parte de su cuerpo. Y tardarán días hasta que su organismo se pueda beneficiar de los nutrientes, vitaminas y grasas que se desprenden de los alimentos, para enfrentarte a los retos de la vida diaria.
Hasta que la persona asimile e integre su experiencia como parte de su historia personal y saque partido a la vivencia para enfrentarse a futuras dificultades, pasará un tiempo. Pero con paciencia y siguiendo ciertas pautas, ese día llegará.
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